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Cuando te descubrí descubriéndome...

La Corrida Telúrica

La Corrida Telúrica Cuatro piernas. Tal cual una talla.
Vientos de terremoto, presintiendo deslizar la falla.

Las manos inquietas. Las trenzas atadas.
- Estaré yo a la altura? Estarán bien afeitadas?

La ella, sintiéndose a punto hasta de pedirlo.
El él, titubeando por el cómo decirlo.

Cada uno tornándose en fogata encendida
sintiéndose prestos para la corrida.
De remojar la poza. De enderezar el roble.
De rasgar el capote. De escuchar un pasodoble.
De brindarle a la arena la más recia faena.
De callar al silencio tan pronto sentir que una trompeta suena.
De lograr que una mañana se parezca a una noche.
De un desayuno servido con Luna y derroche.
Del abrazo por dentro. De las cien estocadas.
Que las sábanas albas se tornasen rosadas.
Que no quede nadie con algún resuelle.
Que venga el segundo, el del descabelle.

Pero sucedió... que no debutaron ni la una ni el otro.
El tal garañón todavía era un potro.
Ella, que presumía de mujer fatal,
retirose ocultando vestigios de portar un pañal.

Vientos de terremoto, esperando el deslizar de la falla,
día en el cual, aquellas piernas, esculpirán su talla.

Pablo Liendo

Escuchando: "Uninvited" by A. Morissette

2 comentarios

Amigaluna -

Me encanto la foto, el escrito esta genial...bellas metaforas!!

Marta -

Tengo que decir, que la foto es espectacularmente bella. Dos cuerpos unidos en perfecta armonía.
Y el texto... cuantas sensaciones tan bien expresadas.
Besos!