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Cuando te descubrí descubriéndome...

OTRO VAGO MÁS...

OTRO VAGO MÁS... Jaime Ballestas (VENEZUELA)

Sus letras destilan ese humor venenoso que tarde o temprano nos arranca una carcajada...
No apto para seres humanos cuerdos, Mr. Ballestas, mejor conocido en los medios orales e impresos bajo el seudónimo Otrova Gomas es a mi juicio, el rey de la literatura negra venezolana.

Cada uno de sus relatos -injerto de filosofía, fantasía, locura y otros ingredientes- encajan perfectamente en esa delgada línea que existe entre los suburbios del bien y el mal... algunas de sus frases son simplemente elíxires de maldad genuina, otras son producto de una exquisita, sensible y amplísima humanidad.
Su género literario es MUY distinto de los que presenté en este "Octubre Literario" y quizás él no sea el mejor letrado representante de mi país... pero por fortuna o desgracia, me ha acompañado desde muy chica, y con él he aprendido a aceptar y a comprender que la luz y la oscuridad pueden coexistir armoniosamente en el ser humano.

El siguiente es un extracto del libro EL JARDÍN DE LOS INVENTOS, como la mayoría de los escritos, producto de siglos de costumbre y tradición en la apabullante selva de concreto...

MANUAL DE URBANIDAD


TÍTULO II


Sobre la conducta a observarse en el interior de los ascensores.


I

Del transporte de jugos y alimentos.

Cuando usted lleve un vaso de jugo o café con leche en el ascensor, aunque sea para su jefe, tómese un sorbito de manera que no gotee sobre los pies de los otros pasajeros, en especial de las mujeres que están sin medias. Si el ascensor frena bruscamente y usted ve que es inevitable que el líquido se bote, trate de reorientarlo para que le caiga en su propio traje o al menos se le desparrame en la cabeza a la ascensorista, pero nunca sobre otros usuarios a quienes no conoce y a los que tal vez no les gusta la bebida.

También es de mala costumbre abrirse paso para salir de un ascensor repleto moviendo el vaso de café amenazadoramente sobre los demás.

II

De los ascensores llenos

Si se encuentra con un amigo en un ascensor congestionado, es feo decirle en el momento en que se cierra la puerta: "Buenos días... ¿Cómo sigue esa tuberculosis? Dicha actitud es aún más condenable si es usted el ascensorista, y al ver que todo el mundo en el acto aguanta la respiración, mantener la puerta cerrada por largo rato para obligarles a que respiren el aire sospechoso.

Está reñido con las normas del buen trato social el levantarse en el aire apoyado en los hombros de dos pasajeros para que la gente no le pise los zapatos; igual lo es el dar pequeños coces para mantener alejados los pies de las otras personas

No está bien visto tratar de salir de un ascensor lleno pellizcando indiscriminadamente el glúteo de la gente que está delante de nosotros. Esta práctica tampoco es bien vista cuando el ascensor está en marcha, y usted lo hace subrepticiamente con un amigo para echarle la culpa a una señora que tiene detrás.

Se considera mala educación meterse a empujones en un ascensor lleno poniendo cara de gracioso y diciendo: "Un huequito, que el infierno es más pequeño y para allá vamos todos". Esto es mucho más grave si le estamos pisando el callo a uno de los pasajeros.

III

Del viaje.

Es propio de individuos de poca personalidad que cuando el ascensor asciende y los pasajeros van mirando el indicador del aparato, ir diciendo el número de los pisos en voz alta, pero dando el del piso inferior para obligarles a formular preguntas tan tontas como: "¿Este es el segundo o el tercero?".

No es acorde a las buenas relaciones entre humanos empezar a toser como un desesperado cuando se cierra la puerta, solamente para ver si los demás nos tienen repugnancia, y más aún, preguntarle a quien se coloca discretamente un pañuelo en la nariz: "¿Mire Señor, yo como que le doy asco?".

Se da el caso de muchos ascensoristas irónicos que suelen preguntarle a personas muy chiquitas: "¿Lo dejo de una vez en el sótano?".

IV

De la conducta a seguir en ascensores trancados

Cuando un ascensor se tranca y se queda parado, no está bien hacerse del desmayado dejándose caer sobre los senos de una mujer bien buena gritando: "Aire, quiero aire".

También se considera chocante que en una de estas situaciones, mientras las personas impacientemente esperan a los bomberos, apenas suene un ruidito usted diga. "Ya empezó a ceder la guaya".

Es igualmente desagradable dirigirse a los otros contándoles que usted conoció el caso de un grupo al que sacaron después de una semana pero los encontraron a todos muertos.

Se considera condenable mirar por la rendijita de la puerta y luego decirle a las personas más nerviosas: "No se ve nada, yo creo que estamos tapuzados porque el aparato se detuvo exactamente frente al concreto".

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Adicionalmente cabe mencionar que este curioso hombre es al autor del peligroso documento El Informe X-RUB 204. Si tienen mucha paciencia, algo de tiempo,sentido de aventura y un poco de locura... léanlo, lo recomiendo (eso si, como Otrova diría: a su propio riesgo).

Escuchando: "Satisfaction" de The Rolling Stones."

7 comentarios

adavidi100 -

MUY BUENAS Y MUY GRACIOSAS ESTAS HISTORIAS UN SALUDO DESDE CARACAS VENEZUELA
ADAVIDI100

Celeste -

Gracias daniel... un gran saludo para tí también.

daniel k -

Tambien me gustan las historias urbanas. Muy bueno el extracto, y como siempre muy interesante tus observaciones sobre el autor.

Saludos

Celeste -

Yo particularmente destesto los ascensores... siempre me da algo de vertigo... Pero disfruto al maximo las historias urbanas :D

Besazos a todos!

mICrO -

Muy divertido, ¿quien no tiene historias de ascensor para contar?, y con eso me acuerdo de lo que hacía hitchook.

Cuando entraba en un ascensor se ponia a contar una historia al acompañante que tubiera, muy breve e intrigante y la gente se le quedaba escuchando, luego se bajaba y si el acompañante le preguntaba como acabava la historia el decia..

"... no lo se, solo es una de mis historias de ascensor"

Saludos :)

Marcel -

Muy buenos fragmentos Celeste, ya voy a leer el Informe X-RUB 204

Saludos.

Marta -

Buenos días!
Me ha encantado este extracto, realmente curiosa la manera de pensar del autor... Pero tan cierto, cuando uno está dentro de un ascensor...

Besos